El Patrimonio Cultural de La Gomera, material e inmaterial, es el compendio de los rasgos culturales de una sociedad que se han ido elaborando, transformando y heredando a lo largo de una historia de más de 2000 años. Durante 1500 años, la isla fue ocupada por comunidades bereberes procedentes del norte de África. En los últimos 500 años la cultura europea se instala en la isla, con contribuciones procedentes de América en el siglo XX.
El Patrimonio Arqueológico insular está bien conservado, aunque es modesto en manifestaciones culturales; destacan las aras de sacrificio, los concheros, las necrópolis y asentamientos en cuevas naturales, etc. Este patrimonio también se caracteriza por un notable fenómeno de pervivencia.
El Patrimonio Cultural Inmaterial, es de difícil delimitación y está compuesto por elementos de diversa índole. Destaca la Memoria Oral por ser el que sin duda más urge rescatar, dada su pronta finitud en un momento de transformaciones globales. Otros ámbitos importantes son el folclore (el baile del tambor conecta con antiguas manifestaciones de culto y festivas); el Silbo gomero, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2009; la gastronomía, con elementos muy destacados como el queso, el almogrote, el potaje de berros, la repostería o la miel de palma; la loza del Cercado también es considerada de primer orden.
Aunque modesto, se considera muy importante el Patrimonio Artístico, con grandes referentes como José Aguiar García o Pedro García Cabrera.
El Patrimonio Documental de la isla no es muy amplio, encontrándose disperso aunque relativamente bien conservado, tanto en la isla, como sobre todo fuera de ella. El fondo histórico más importante sobre La Gomera es el de La Casa Fuerte de Adeje, repartido entre Tenerife y Gran Canaria. La colección más relevante del Archivo General Insular es el Fondo Luis Fernández. Los fondos documentales municipales también destacan para la historia insular del siglo XX. Por último es de interés la documentación eclesiástica y la del Juzgado de San Sebastián que han sido trasladadas a Tenerife.
Como ocurre en la mayoría de los pueblos del mundo, las culturas productivas han sido de vital importancia en la isla y han generado un Patrimonio Etnográfico inmaterial y material muy local: la ganadería, la pesca, el marisqueo, el policultivo, la cultura del grano –ya casi extinta–, la viticultura (que cuenta con una auténtica joya, la forastera gomera, una variedad de uva local), la del tomate o la del plátano. Tres elementos componen el eje vertebral del Patrimonio Paisajístico: Los paredones, que son el elemento arquitectónico que ha impactado de forma más contundente sobre el paisaje insular; la arquitectura doméstica (casas, hornos, eras, etc.) y las veredas y caminos, vinculados a los sistemas de trueque e intercambio, trascendentales en la isla.
Por último se encuentra el Patrimonio Hidráulico, donde destacan elementos como canales, tajeas, tanquillas, tanques y presas, además de molinos de agua, y el Patrimonio Industrial -inventariado recientemente- con las infraestructuras conserveras, la central hidroeléctrica de Monforte y Los Pescantes del norte de la isla.